Se llama Bear Grylls y, aparte de británico, es El Último Superviviente.
La idea de El último superviviente (que ya hace tiempo que programa Discovery Channel) es simple: en cada capítulo Grylls aterriza en una región inhóspita del globo, pero sale airoso con lo puesto. El punto flaco de El último superviviente es que se nota el cartón: cada plano está estudiado y la cámara.. Así, el formato exige un pacto previo con la audiencia, un "venga, me lo creo a cambio de distracción". Y... a cambio de un puñado de consejos útiles para el paisaje postapocalíptico que surgirá..